Las viviendas supervisadas que AFES Salud Mental gestiona son recursos alojativos comunitarios donde se acompaña a las personas en el día a día y se les ofrece soporte en todos los ámbitos de sus vidas. Cada uno de estos recursos brinda un hogar estable para las residentes, que encuentran la atención individualizada que necesitan y los apoyos para avanzar en sus procesos de recuperación e integración social.

Actualmente, el programa cuenta con nueve viviendas, que acogieron a 66 personas (17 mujeres y 49 hombres) durante el año 2022. Además de un equipo profesional multidisciplinar, el voluntariado juega un papel fundamental a la hora de promover la autonomía y el empoderamiento de las participantes. Dedicando su tiempo y toda su ilusión, las voluntarias organizan acciones que priorizan la escucha activa y los espacios de debate, así como cinefórums, talleres de cocina saludable y paseos terapéuticos con perros, entre otras, que se han traducido en momentos de desconexión y disfrute, pero también de crecimiento personal para ambas partes.

«Yo ya hacía voluntariado y, por temas familiares, conozco la asociación y me despierta la curiosidad de hacerlo con personas, dado que hasta el momento lo había desarrollado en otros contextos. De manera transversal generamos vínculos entre nosotras y pasamos ratos agradables», manifiesta Marlett, una de las tres mujeres que participa altruistamente en el programa. Fue el contacto directo con ellas lo que motivó a Marlett a ser voluntaria en las viviendas. «De todas las acciones que podía hacer en la entidad, esta es la que más me gustó. Aporto mis conocimientos de las relaciones humanas, mis conocimientos profesionales, así como la pasión por lo que hago. Y recibo mucha energía positiva. Es una experiencia enriquecedora», asegura.

Y añade una anécdota significativa: «Una de las personas me dejó un escrito agradeciendo de una manera muy emotiva el paseo con los perritos, y lo conservo con mucho cariño. Recomendaría hacer voluntariado en estos recursos porque creo que es importante. Le damos un toque a la vida, a las usuarias les gusta y lo reciben con mucho agradecimiento», concluye.

Conscientes de las dificultades y la situación de vulnerabilidad que atraviesa el colectivo, las voluntarias contribuyen a construir una sociedad más justa e igualitaria con su compromiso y solidaridad. La labor que realizan representa una vía trascendental para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por lo que son auténticas agentes de cambio en pro de la salud mental. Además, este compromiso se ha extendido entre las residentes de las viviendas, quienes se han sumado a formar parte de la transformación social llevando a cabo acciones de voluntariado, como la limpieza de playas y la cooperación en un refugio de animales, desde el área de animación, ocio y tiempo libre del programa.

Las profesionales se coordinan con las trabajadoras del Equipo Comunitario Asertivo (ECA) del Servicio Canario de la Salud para ofrecer apoyo integral en los recursos alojativos, que se desarrollan en el marco del convenio de colaboración que el Gobierno de Canarias mantiene con el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife para la atención a personas en situación de dependencia y con discapacidad.