El confinamiento en nuestras casas a causa del coronavirus puede provocar situaciones difíciles de sobrellevar y afectar a nuestro bienestar y a nuestra salud mental. Si además tenemos que teletrabajar o convivimos con niñas y niños, el reto es aún mayor. El efecto emocional, físico y psicológico derivado de la pandemia impacta de manera específica en las menores, que se enfrentan también a una situación extraña y desconocida.
En AFES SALUD MENTAL nos preocupa el bienestar de las personas trabajadoras de la entidad y las que tienen hijas e hijos pequeños, por lo que hemos elaborado una serie de recomendaciones que nos ayudan a cuidarnos, o, al menos, a tomar consciencia y hacer lo que está a nuestro alcance para mejorar nuestra salud mental.
DEDICA TIEMPO A TU BIENESTAR
Presta atención a tus pensamientos. El miedo o la tristeza son emociones normales, pero no deben ser parte de nuestro estado de ánimo, angustiarnos o interferir en nuestro día a día. Reconocer los sentimientos y aceptarlos, así como compartirlos con las personas más próximas, nos ayudará a vencer las emociones negativas.
Es importante mantener las rutinas y responsabilidades cotidianas de teletrabajo, familiares y de ocio. Fija horarios para garantizar el descanso, el ejercicio físico y la alimentación saludable.
Procura disfrutar de espacios y momentos de intimidad, y utiliza las tecnologías de comunicación para estar lo más cerca posible de tu familia y amistades.
Piensa que no podemos salir a la calle para protegernos entre todas, y así contribuir al bien común. Haz actividades que te gusten y para las que antes no tenías tiempo. ¡Despierta tu creatividad!
Asimismo, evita la sobreinformación. Elige informarte en un momento puntual del día y desde fuentes oficiales.
CUÍDATE TAMBIÉN TRABAJANDO
El teletrabajo tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes si no nos organizamos. Planifica las tareas según las prioridades y respeta el horario habitual, con descansos incluidos.
Acondiciona un espacio en casa que te permita diferenciar y desconectar del resto de actividades del día. Aprovecha también para descubrir nuevas formas de conectividad.
¿Y CON LAS MÁS PEQUEÑAS DE LA CASA?
Debemos contarles lo que pasa, adaptando el mensaje a su edad y transmitiéndoles esperanza y la acción positiva que implica quedarnos en casa.
Las niñas y niños también necesitan seguir una rutina. Deben contar con horarios de estudio y tareas escolares, así como ratos de juegos y diversión.
Precisamente el juego es una de las mejores maneras para inculcarles la importancia del lavado frecuente de manos.
Seguir estableciendo límites con cariño y coherencia hará más llevadera esta situación que es atípica para todas.
Y si se aburren no pasa nada, así fomentarán su creatividad.
En estos momentos de incertidumbre y vulnerabilidad, sintamos que estamos unidas, viviendo la excepcionalidad contando unas con otras y poniendo el trabajo de cuidados en el centro de la vida.
