“En ocasiones se responsabiliza a las familias del malestar psíquico de su ser querido, en lugar de verlas como colaboradoras para la recuperación”

La misión de AFES Salud Mental es promover las estrategias y el cambio necesario para contribuir a la construcción de un mundo más justo, en el que las personas con problemas de salud mental y sus familiares puedan tomar de forma consciente y libre las decisiones que afectan a sus vidas, disfrutar de sus derechos y asumir sus responsabilidades igual que el resto de la ciudadanía.

Para fortalecer este principio, la Asociación ha vuelto a poner en marcha en 2022 el programa de Atención familiar en salud mental. Además de desarrollar las acciones habituales, entre las que se encuentran las intervenciones psicológicas especializadas y las sesiones grupales de psicoeducación, el equipo profesional del proyecto ha impartido una nueva formación, “Perspectiva familiar y comunitaria especializada en salud mental”, a 25 trabajadoras de distintos recursos y servicios de la Entidad.  

Rita López, trabajadora social del programa de Atención e Inclusión Social y participante de la iniciativa, comparte qué ha implicado para ella esta experiencia de aprendizaje.

¿Por qué valoras relevante contemplar la perspectiva familiar y comunitaria de las personas con las que trabajas en relación a su recuperación? 

Porque creo que somos seres interdependientes; es decir, que nos necesitamos unas a otras, sobre todo cuando atravesamos por momentos vulnerables en la vida, y evidentemente el proceso de recuperación es uno de ellos. Una persona sola, como individuo aislado, es muy difícil que se recupere; por eso es necesario reconocer la importancia del sentido de pertenencia familiar y comunitaria, mejorar y reestablecer vínculos significativos para que pueda alcanzar su bienestar.

¿Cómo te ha ayudado la formación a acercarte a la realidad de las familias cuando impacta la psicosis, también en sus vidas? 

La formación me ha hecho tomar conciencia de la culpa que muchas veces sienten. En ocasiones se las responsabiliza del malestar psíquico de su ser querido, en lugar de verlas como colaboradoras para la recuperación, y es necesario cambiar ese enfoque. También me ha hecho entender la confusión y carga que sienten ante tantos aspectos que se deben atender: la comprensión hacia su familiar, la gestión emocional, el establecimiento de límites y espacios en la convivencia, la mejora de la comunicación, la búsqueda de apoyos, la resolución de trámites administrativos, etc.  

¿Qué ha sido lo que más te ha sorprendido o impactado de lo que has aprendido durante la formación? 

Lo que más me ha sorprendido, gratamente, es la perspectiva del concepto «familia» más allá del enfoque biológico o legal. Se ha entendido como familia a todas aquellas personas significativas e importantes para las personas con problemas de salud mental. Esto es un cambio radical, porque muchas no cuentan con el modelo de familia tradicional, por lo que pueden sentirse muy solas si trabajamos desde esa visión. En cambio, este nuevo enfoque fortalece la perspectiva comunitaria y amplía la red de vínculos socioafectivos.

¿Cómo crees que podríamos cambiar los posicionamientos de exigencia hacia las familias por relaciones de ayuda y acompañamiento en su propio sufrimiento?

Cambiando la mirada profesional que se ha tenido sobre las familias como parte del problema, en lugar de considerarlas parte de la solución. Eso no significa que no asuman errores, sino que debemos centrarnos primero en escuchar y validar sus vivencias, para pasar posteriormente a acompañarlas en lo que requieran. También es necesario visibilizar y reforzar lo que ya se hace bien, y que a veces pasa desapercibido. Y, sobre todo, lo fundamental es que nos sientan presentes.

¿Crees que tu trabajo con las personas repercutirá en su ámbito familiar o comunitario? ¿De qué manera? 

Creo que sí, y por varias razones. En primer lugar, porque ha aumentado mi comprensión sobre los diferentes aspectos que impactan en la vida de las familiares, y eso me hace bajar mi nivel de exigencia hacia ellas y poder apoyarles mejor. En segundo lugar, porque he conocido los criterios que se tienen en cuenta a la hora de derivar a las personas a nuestro programa de Atención Familiar.

Por otro lado, se ha reforzado mi visión sistémica de la intervención, así como la importancia de las relaciones comunitarias como factor de protección y recuperación de la salud mental. Y, por último, he aprendido a rebajar mis exigencias en cuanto a tener que ofrecer soluciones. Como conclusión, diría que es prioritario centrar los esfuerzos en escuchar todas las voces; es decir, a las personas que tienen problemas de salud mental, pero también a sus familiares y a su entorno cercano, establecer conexiones genuinas con ellas, y generar espacios de confianza donde se sientan escuchadas y que nosotras, las profesionales, estamos presentes.

El programa de Atención familiar en salud mental está cofinanciado por el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife a través del Anillo Insular de Políticas Sociales, y por la Fundación “la Caixa” y Fundación CajaCanarias a través de la Convocatoria Territorial Canarias 2021.

Para acceder a este servicio, se puede solicitar cita llamando a la Asociación al nº de teléfono 922 630 856 o enviando un correo electrónico a afes@saludmentalafes.org.

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