Luz verde a un nuevo proyecto para la inclusión

Hemos comenzado una nueva andadura a través de un proyecto de colaboración con el Centro penitenciario Tenerife II, dentro del programaPAIEM, “protocolo de aplicación del programa marco de atención integral a enfermos mentales en centros penitenciarios”.

 

Las evidencias de que los problemas de salud mental entre la población reclusa es más frecuente que en la población general hace que desde  instituciones penitenciarias se planteen la necesidad de contactar con servicios y entidades especializadas de la comunidad con un doble objetivo: por un lado, dar un servicio específico a un grupo de personas internas que no tienen apoyos para su problemática de salud mental con el objetivo de mejorar su evolución y, por otro lado, garantizar una adecuada derivación a los servicios y recursos comunitarios una vez obtengan la libertad.

 

Mediante una colaboración mensual, que llevará a cabo un equipo interdisciplinar, la entidad ha elaborado un cronograma de sesiones de trabajo a raíz de las propuestas recibidas durante la primera sesión de trabajo por parte del grupo de personas con trastorno mental grave internas en el centro penitenciario y de la detección de necesidades del equipo de profesionales.

 

Las gestiones para la puesta en marcha de este nuevo proyecto iniciaron a principios de este año y ha sido recientemente cuando hemos podido realizar las primeras sesiones de trabajo.

 

Desde la entidad algunos profesionales pudieron beneficiarse del seminario de formación “Protocolo de inserción personalizada para drogodependientes en proceso de rehabilitación” que se impartió el pasado 23 de junio de 2015 en Madrid organizado por la Secretaría de Instituciones Penitenciarias y la Asociación Àmbit. Asimismo, participaron en una mesa de trabajo en la que realizar aportaciones varias respecto del ámbito de la salud mental en el ámbito penitenciario. Algunos de los temas tratados fueron: los retos pendientes, la prevención, la rehabilitación durante la pena y la reinserción social de la persona enferma judicializada.

 

Esperamos que éste sea el germen de un proyecto que se pueda ampliar para llegar a atender a una población que tiene más dificultades añadidas para una verdadera inclusión, en el que facilitar el acceso a programas de rehabilitación psicosocial, inserción laboral y otros programas y recursos especializados en salud mental o del entorno comunitario.

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