La huelga que va a realizarse el 8 de marzo no es una huelga laboral como las que hemos vivido hasta ahora. No tiene un carácter general, sino que ofrece una diferenciación importante: poder reivindicar los derechos laborales, de cuidados y educativos de las mujeres, dejar los “huecos” vacíos de nuestros trabajos durante una jornada laboral para que se entienda la importancia de la labor que realizamos en todos los sectores y ámbitos, ya sea remunerada o no.
En AFES Salud Mental tenemos una larga trayectoria. A través de nuestra experiencia en el tercer sector, hemos sido testigos de la feminización de las profesiones que requieren cuidados y servicios. Nuestra oferta laboral se asocia principalmente con la integración y el trabajo social, con la ayuda a personas en situación de discriminación o riesgo de exclusión. Estos trabajos siguen integralmente asociados a la mujer, a la que se le otorga históricamente los oficios relacionados con la crianza, los afectos y los cuidados. Así, estas profesiones relacionadas con el servicio a personas siguen estando en los escalafones más bajos en la pirámide laboral, tanto en lo que se refiere a salario como a prestigio social. En algunos contextos los derechos de las mujeres y de los hombres están regulados para garantizar la igualdad, o así pretende hacernos ver la Ley. Pero la realidad es que la regulación y la normativa poco incide en las creencias culturales que siguen reproduciendo las pautas sociales sexistas y tradicionales. Por eso las mujeres siguen siendo mayoría en los sectores de servicios, mientras los hombres están en los sectores más mecánicos, en los altos cargos de la mayoría de las empresas, o en aquellos oficios que requieren más fuerza física.
Vemos importante nuestra presencia y participación en la huelga feminista por los valores que proclamamos como entidad social. Desde nuestra Asociación promovemos el compromiso con las personas y con el entorno, por lo que no es posible apoyar un mundo donde existe desigualdad de oportunidades y de salarios por discriminación de género. Creemos en el empoderamiento y la igualdad entre las personas, así que apoyamos un mundo en el que no exista un “techo de cristal” que coarte las ambiciones personales y profesionales de las mujeres a la hora de acceder a cualquier puesto de trabajo o lugar en la sociedad.
Los puntos clave por los que consideramos necesaria la ausencia de las mujeres que desempeñan trabajos en las Organizaciones del tercer sector, como protesta el próximo 8 de marzo son:
- Desempeñamos profesiones “para mujeres”. Desarrollamos trabajos que se realizan desde la experiencia de las mujeres y que, tradicionalmente, se nos han sido otorgados a nosotras. Sin haberlo premeditado, han sido una prolongación de las tareas de cuidados ya asignadas al rol femenino.
- Nuestras profesiones están feminizadas, puesto que son mayormente mujeres las que las cursan y ejercen este tipo de trabajos.
- Son profesiones con vocación feminista. Aunque pudiese parecer contradictorio, este tipo de profesiones también ha ayudado a empoderar a las mujeres. Aunque se trate de trabajos feminizados, también han permitido que las mujeres salgan al espacio público y sean las protagonistas de sus propias experiencias y conocimientos.
Así, también cabe destacar que aunque estemos hablando de profesiones mayormente feminizadas, los altos cargos siguen estando ocupados, aún en buena medida, por hombres. Somos mayoría en los trabajos de servicios, pero seguimos estando supervisadas por el género masculino. Nuestro rol social nos ha aportado experiencia para contribuir al desarrollo de los conocimientos sociales. Esta aportación ha dotado a las mujeres de mayor autoridad dentro de este campo, pero no ha ido de la mano de una acumulación de poder en el sector.
Somos muchas, pero seremos más porque: si paramos todas paramos todo.
#HaciaLaHuelgaFeminista