Cada 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una celebración que este año está marcada por un contexto atípico y excepcional, producido por la pandemia de la COVID-19. El 2020 ha sido un año duro a nivel mundial, que ha puesto a prueba las economías y los sistemas sociosanitarios de todos los países, ha afectado a la salud mental de la población y ha impactado especialmente en las personas con discapacidad.
Son muchos los nuevos retos a los que se han tenido que enfrentar las personas con discapacidad, los cuales se suman a las dificultades que habitualmente afronta el colectivo. Y precisamente esto es lo que AFES Salud Mental pretende visibilizar y poner en valor.
Las personas con discapacidad han activado múltiples recursos personales para superar el confinamiento, la desescalada y la posterior «nueva normalidad». A pesar del fuerte impacto que ha supuesto para ellas la paralización de sus procesos de rehabilitación y recuperación, han tomado las riendas y han sabido sortear múltiples obstáculos.
Además, muchas de ellas han sido proveedoras de servicios esenciales a toda la ciudadanía durante el estado de alarma y el transcurso de la vida con la pandemia, demostrando, una vez más, las capacidades en el entorno laboral, el esfuerzo y la resiliencia.
Son muchas las reivindicaciones que se concentran en torno a este día, en el que es importante señalar que la discapacidad forma parte de la condición humana y que las personas con discapacidad son, sobre y por encima de todo, personas, que, al interactuar con diversas barreras presentes en el entorno, ven impedida o restringida su participación plena y efectiva en la sociedad en igualdad de condiciones y oportunidades. Sin embargo, el valor que aportan a la sociedad es incalculable.
