Visibilizar todas las violencias de género confluye como objetivo en varios organismos nacionales e internacionales en torno al 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
A la terrible realidad de los feminicidios se suman otras violencias de género menos visibles. La violencia sexual, así como la psicológica, religiosa o social, y la trata de mujeres y niñas son solo algunas de ellas. Hacerlas visibles sensibilizando a la población, legislando y planificando políticas y medidas se hace ahora más necesario que nunca.
Así como también lo es llamar la atención sobre la realidad de las mujeres con problemas de salud mental víctimas de violencia de género. Una realidad silenciada por los mitos y prejuicios que amedrentan a las mujeres para dar el paso de denunciar su situación. Tachadas de exageradas, locas, histéricas, se ven abocadas a soportar situaciones de violencia que truncan sus procesos de recuperación y sus vidas.
La escasez de recursos especializados en materia de salud mental y violencia de género, la falta de especialización de profesionales del ámbito sanitario y social y la aún tímida participación de las mujeres convivientes con un trastorno mental en órganos de representación y toma de decisiones agravan el problema.
El estigma de la maternidad
Consciente de ello, la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, de la que AFES Salud Mental forma parte, lleva años trabajando por el empoderamiento y la generación de espacios igualitarios y de representación de las mujeres en primera persona. Un ejemplo de ello es la Red Estatal de Mujeres SALUD MENTAL ESPAÑA, integrada por 25 mujeres representantes de las entidades del movimiento asociativo, quienes hoy denunciamos la violencia psicológica e institucional hacia las mujeres con trastorno mental que deciden ser madres.
El estigma provoca que, de forma continua y por parte de la sociedad, se cuestione su capacidad para ser madres y, en muchas ocasiones, es el entorno más cercano quien expresa desconfianza, actúa de forma paternalista y contribuye a trasladar el mensaje de que no serán capaces de ser buenas madres, una idea que muchas mujeres terminan interiorizando.
A pesar de que toda persona tiene derecho a ser informada detalladamente sobre su diagnóstico, los tratamientos a los que será sometida y sus posibles efectos, muchas mujeres con problemas de salud mental no reciben esta información en relación con la maternidad, lo cual provoca situaciones de desinformación y de paternalismo por parte de profesionales de la salud mental.
La reciente aprobación en el Congreso de los Diputados para acabar con las esterilizaciones forzosas, una práctica que continuaba siendo legal en España, es un ejemplo de cómo aún en 2020 siguen vulnerándose los derechos de salud sexual y reproductiva de las mujeres con discapacidad y del largo camino que todavía queda por recorrer.

