Muchas personas piensan que los problemas de salud mental son realidades que les ocurren a otras personas, creen en los límites antes que en las fortalezas y ponen la mirada en lo diferente en vez de lo que une a los seres humanos. Aún demasiadas miran con distancia a quienes tienen un trastorno mental y hacen juicios de valor desde el desconocimiento y los estigmas. Hay personas que creen que sus derechos son distintos, diferentes.
Y la realidad es otra, puesto que los derechos son los mismos y las oportunidades de vivir de forma independiente y en comunidad también deben serlo para todas.
Uno de esos derechos fundamentales es la vivienda. Disponer de una red de recursos alojativos que proporcione un hogar estable para las personas con problemas de salud mental sobre el que apoyar sus proyectos de vida, con sentido y satisfacción, es un pilar importante para AFES Salud Mental. Por ello, la Entidad gestiona nueve viviendas en distintos municipios de la isla para ofrecer atención y cuidados a 50 personas.
Con el acompañamiento de profesionales de la Asociación y del Equipo Comunitario Asertivo (ECA) del Servicio Canario de Salud, las viviendas supervisadas son un programa en el que las personas avanzan en sus procesos de recuperación, desarrollan capacidades de integración social y adquieren mayor autonomía personal. Son recursos que facilitan y promueven la construcción de proyectos de vida únicos que van más allá de la discapacidad.
Las personas que residen en ellas ansían lo mismo que cualquier otra persona: vivir en armonía para alcanzar sus metas, ilusiones y sueños, porque vivir de forma independiente es un derecho y no una opción.
El programa de viviendas supervisadas impulsado por AFES Salud Mental se desarrolla en el marco del convenio de colaboración que el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife firma anualmente con el Gobierno de Canarias.



